jueves, 3 de abril de 2014

Con violencia, nunca hay justicia

Los hechos que se han vivido en los últimos días con relación a la denominada “justicia por mano propia” no pueden pasar desapercibidos, sobretodo si aún nos interesa mantener la idea de cuerpo social y no regresar a una etapa de barbarie y primitivismo en la cual la violencia y el “todos contra todos” sean la ley.

Es increíble como la civilización humana puede obtener maravillosos y sorprendentes avances científicos y técnicos o producir inolvidables obras de arte y, al mismo tiempo, caer en las profundidades más sórdidas y extremas de la mano de la violencia.

Nadie duda de la justa indignación que todos sentimos frente a los despropósitos de la justicia, el sistema carcelario, las mafias policiales y la corrupción política. Nadie discute que el dolor de un familiar ante una pérdida irreparable pueda generar sentimientos de odio y revancha.

Pero más allá de esa rabia inicial, ¿alguna vez nos preguntamos qué hacemos con la violencia? ¿Trabajamos hacia nuestro interior para descubrir nuevas formas de canalizarla, y no caer una y otra vez en la agresión verbal o física? ¿Exploramos salidas relacionadas con la creatividad y el arte, la unión entre vecinos o sencillamente el control interno individual para evitar el estallido violento que borra cualquier idea posible de civilización?

Es un tema y una reflexión que no podían estar ausentes de este espacio. Además de compartir estas ideas y sensaciones, queríamos estimular también el debate en torno al papel de los medios de comunicación en relación con estos episodios violentos que se han dado en llamar “justicia por mano propia”, en los cuales Internet cobra un papel vital.

¿Sirve la repetición hasta el hartazgo de los hechos violentos sin la presencia de un análisis profundo de las causas reales y de las consecuencias que pueden tener? ¿El papel de los comunicadores se termina en la descripción de los eventos? ¿Qué valor positivo aporta a la sociedad una comunicación de este tipo? ¿Es una actitud responsable mezclar intereses políticos a la hora de comunicar esta clase de situaciones? ¿O en realidad se trata de la expresión de una parte de un sistema que desea estimular la desunión y el enfrentamiento?

Esperamos que estas palabras generen nuevas reflexiones. Y como se indicaba en el título, tenemos una certeza: con violencia, nunca hay justicia.

Pablo Javier Piacente.

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